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Poeta cubana residente en New York city,Manhattan.

Sunday, July 27, 2008

Poema VII



VII

En días de tormenta como amáraco abiertamente riegas
mi consistencia al gesto de tu piel
iluminando lo vertical a desnudez o entrega;
y es que soy mejorana cambiándote los bordes,
sitio donde me puedes respirar sin censura
porque me vas sintiendo faena de tu gusto,
frutal efervescencia regalándose a un tacto con la lengua
revés de otros sabores donde viven tus ganas
de aprisionar al ímpetu su inédito de dichas.
En fin, sin darte cuenta me vas acumulando,
plasmándome a distinta vigilia con tus dientes;
filigrana de costa circunvalando magias
tensándome a entre nombres detrás de tu cabeza.
Alta marea donde nuca y rodilla se nivelan al hombro
porque quererme así,
va cincelando estrenos
a eso que tú creías constelaciones fijas,
secreto impenetrable al festín del abrazo
que desconoce la inevitable perfección de su curva,
despertando el azogue a letal de su espejo
para tocar la furia de abrazar en barroco
sin miedo a repetirse,
de frente a su consciente,
donde saben nacerse con plenitud de nardo
los números del rostro cuando la vida piensa
e inesperadamente la mano vocaliza
al directo de sílabas su escala sobre el pecho,
el verbo más flexible decantando la vena
enervando el espacio donde el sabor se junta.

Alina Galliano@

Del libro...Inevitable sílaba.

I

Para la que en su marcha, jamás desaparece,
para la que es siempre su infinito posible
para la que llena con su abierto sonido
inescrutables rutas al balcón de mi ojo,
para la que despliega como bordada falda
su serpiente de luces
al lomo imperativo de las noches,
para la que monta, al amanecer,
su carroza de luz y la derrama
en esa interminable espiral de su espejo,
para ella,
se levanta mi corazón
como un gran viento y canta,
la resonancia del jazmín,
su centro.
Para ella despierto consciencias de horizontes
dándole a cada pájaro el poder de sus vuelos.
Sin palabras,
mi boca toca a la indefinida,
la voy reconociendo,
no tengo que atraparla,
porque, ella, la sin borde,
sabe existir y existe
fuera de toda rueca de pensamiento o hábito.
Para que yo me atreva a sentir sus maneras
es capaz de inventarme las uñas de los pies
y hacer que se comporten de acuerdo a las cigarras
o acaso divertida con lo que no imagino
las trueca,
enredadera que crece entre los riscos
de un país que aún no sé que he fabricado.
Entre las dos no cabe un pretexto de búsqueda
somos esa presencia que se va descubriendo
en creación continua de semilla que sabe
condiciones de árbol y fruto al mismo instante
que a voluntad decide hacerse al verde, dulce,
para estación de dientes e incesantes libélulas
que reajustan los círculos donde la luz conversa
o diluyen las fórmulas a su estación más simple.
Entre nosotras huelgan condiciones de espacios,
se sueña libremente,
enardecidamente,
a otro caudal la vida.



Alina Galliano@



Del libro...Entre el marfil y el aire.


Sunday, July 6, 2008

Poema II


II
Fluyendo en largo gesto
fabricas las mareas
Luna o mujer
así te haces presencia.
Los espejos de tus ojos
guardan peces y cosas repentinas:
barcos que se han perdido,
mapas para llegar al punto más frágil
de una orquídea
y un tiempo sin relojes contra tu hombro izquierdo,
allí el deseo se mueve como una sinfonía,
gravita entre los caracoles,
marca los arrecifes del color de tu pelo,
habla con el lenguaje que tienen tus pezones
y dictan a las nubes lugares no antes vistos.

Alina Galliano@

Del libro ...De las cosas simples.

Poema I


I

No participó Elegguá
en el día de la fiesta,
la fiesta grande, fiesta de fiestas,
nadie salió a buscarlo
y nadie lo invitó,
hubo olvido a lo largo de la calle
porque el delirio furioso de vivir
ocupó claridad al pensamiento.
No le dimos el primer chicharrón
de jutía cimarrona,
envuelta como se debe ,en hojas de plátano.
No le dimos al Santo niño
su derecho de entrada real,
su ebó de Santo entre los santos;
ebó de Santo y Príncipe
con derecho de derechos
y otorgado a ÉL por la Cabeza Mayor, La Gran Cabeza,
la única cabeza de donde
todas las cabezas nacen.
Niños de teta fuimos
Con el capricho obrando
Ikú entre las cejas
Y Elegguá hizo lo mismitico que hizo
Cuando lo maltrataron sus hermanos los Orichas
al comienzo de todos los tiempos,
cuando el tiempo no tenía nombre.
Por eso el muchacho se paró
en el centro de los cuatro caminos,
en el centro de las cuatro desembocaduras de agua
donde flotaba Hembra-Caimán
como una damisela,
envuelta en hojas y flores de calabaza
y a todo el que venía preguntando por ella, le decía
que la señorita se había ido a visitar parientes
y que nadie sabía cuando
iba a regresar de sus andanzas;
así fue un día y otro día sin descanso
hasta que todo el que la buscaba,
como cosa buena,
dejó de venir, dejó de preguntar por ella
y ninguno de nosotros se dio cuenta
porque andábamos en el puro letargo
de una furia macabra y luminosa.
Quién iba a despertar del empalago
de unos ojos maravilla, como aquellos,
ojos de ven y ven ,
ojos de retoza conmigo,
ojos de mírame cerquitica
para que no te pierdas
la melodía de guaracha sin estrenar
que traigo entre las piernas.
Por eso el Príncipe caminador y rumbatalero
se encabronó por todo lo alto
y no hubo rogatoria con la cual aplacar
su condición de Oricha carbón hasta los tuétanos.
Se le sirvieron veinte y una jutías
sobre hojas de guayaba y de plátano,
se le compraron los bombones más finos
de aquellos que traían ron por dentro
bombón boca de puta(como decían en Santiago),
puta-bombón, de esas que te buscan sin cobrarte;
le trajimos mujeres
con sabor a miel de abeja
y nos miró con desenfado;
nos miró así como el que no quiere la cosa
y sin más ni más nos dijo que, El,
el que hacía un juguete de cualquiera,
quería saber si nosotros teníamos aguante,
tanto aguante como EL había tenido,
para esperar por lo que era su derecho.
Sin levantar la voz se encajonó el Niñito
y se volvió Eshú-Alawana: Anima Sola, para darnos palo.
Por eso las casas se nos volvieron cárceles,
por eso las cárceles se nos volvieron cementerios,
por eso los cementerios
se tragaron la hembra-caimán;
la mismitica que en su tiempo
fuera dueña de los caracoles,
la que podía leer los tableros igualito que Orula.
Así fuer como se nos acabó de un día para el otro
la comparsa que nos traíamos con la vida,
así fue que se nos acabó la Jacaranda de pensar
que teníamos a Dios cogido por lo que fuera,
así se nos acabó el ringo-rango de gente
con las mejores escuelas,
con las pasas mejores atendidas
de todo el universo,
ringo-rango de gente con las mejores putas,
Señoras de Señoras, Vírgenes de Vírgenes.
Así se nos acabó la zanganería de creernos
más finos y más blancos
que la fineza y la blancura misma
de todo ser viviente;
así se nos acabó el teje y maneje
de la cadencia que llevábamos por dentro,
como esos bailarines, expertos en vaivén,
que se untaban aceite de majá en la cintura
para bailar bonito y calentar los cueros.
Así se nos acabó la sabrosura de menear
hasta lo que no se tenía;
cuando por falta de entendimiento,
el Príncipe de los caminos,
el Santo de las puertas,
el Dueño del entra y sale y la mayombería,
le borró los caminos a la Isla.

Alina Galliano@

Del libro en el vientre del trópico.

Poema I


I

Escribo para decirte que he comenzado el viaje
con esta acción se rompe todo lo ya previsto,
así que he regalado mis recuerdos, las prisas de mis pies,
las puertas que he cruzado,
los marcos de ventanas donde colgué mis ojos
retomando paisajes de rostros y estructuras,
robándole perfiles a todas las ciudades
que nunca se sintieron de ti favorecidas
al escuchar tus cantos trepar los edificios a modo de escalera
para irrumpir de pronto y trastocar atmósferas;
ahora reconozco que no hay lugar ni puerto
que pueda contenerme,
eso lo hiciste tú desde el primer instante:
ese día me miraste y los futuros míos
se unieron a la línea más firme de tu mano,
el aire en mis pulmones cobró linaje y vida,
le pusiste a mi boca un ritmo de naranjos a floración perenne,
llenaste mi garganta con los sonidos tuyos,
qué marca tan auténtica pusiste en mi laringe
qué manera Amor Mió de regalarme fuentes de palabras y alturas,
qué extraordinaria entrega de garras y visiones atravesó mi frente,
de qué modo podría, haber descrito entonces, lo que contigo venía,
si ni siquiera estaban preparadas las copas de los árboles, las aceras,
los trenes, los andamios, los desiertos, los ríos, las piedras,
los pinares que existían conmigo
dentro del más secreto sonido de mi nombre;
yo no sabía entonces la implicación que encierra un para siempre al pecho
no tenía el más mínimo concepto de que el número de la vida es eterno,
de que se multiplica en su espiral de rosa a un sabor de impensables,
creando con el roce de tus respiraciones
o un rebelde mechón de tus cabellos
la dinastía del furor,
lo que diseña en arco la medida de mundos
que nacen de tus hombros apasionadamente.


Alina Galliano@

Del libro ....Litografías a partir del aire.